miércoles, 5 de noviembre de 2008

OCASO

Esto tambien es mio.


Los hara pensar? sentir? divertir?


Sale asi, no esta en mi la busqueda de lo literario, sino comunicar sentimientos e ideas para otra realidad, otro paradigma, otra humanidad.


Pretencioso lo mio?


Naaaaaaa!





OCASO

De edad indefinible. Pelo al raz, canoso casi blanco, cabeza redonda, entradas profundas.
Ojos entrecerrados, cuerpo y cara macilentos.
Rasgos duros, no hay tensión en su rostro.
Camisa azul viejísima, abierta, mangas sueltas.


Pantalón amplio, sandalias, piernas cruzadas en equis y replegadas sobre el viejo sillón mecedora.
Mira hacia el confín del poniente, su mirada no corta el horizonte.
Las paralelas de los ojos, continuas, continúan, atraviesan la atmósfera y surgen al espacio abierto. Él lo ve todo.
Pareciera estar en contemplación, abstraído en ideas.
Piensa, elucubra, barrunta y discierne.
Intentando recordar.
No cualquier recuerdo, de ayer, de antes de ayer o de mañana.
No y no.
Busca recuerdos de otras vidas.
Quiere traer lo que, a su ser escencial, le paso antes de ahora.



Intenta, hace años que intenta. De mil formas, con mil técnicas, propias y aprendidas.
Y no puede. No consigue recordar casi nada.
Pero ese casi que le abre apenas la puerta, lejos de ayudarlo, lo envuelve mas aun en incertezas.
Ha soñado, una y otra vez, que esta ahí con un fin prefijado. No por el destino o el azar. Sino por el mismo, en otra circunstancia, en otro estado. Por mas que quiere no puede re-cordis, que espera?



Y desespera de esperar.
Pero cree que esperar esta bien, que esperar, ahí sentado, coincide con su armonía espiritual.
Pero se devana los días pensando porque espera?
Se retuerce los dedos incansablemente queriéndose sacar una verdad que no le sale.
Busca y busca. Revuelve y remueve los recuerdos, de esta y otras vidas.



Algo le dice que se quede, que esta bien. Que esta bien así y ahí. En ese lugar y en ese tiempo.
Que algo ha de llegar, que su misión es esa, estar ahí cuando todo se produzca.
Que el ha elegido y ha sido elegido para estar ahí, cuando lo que debe, inexorablemente producirse...se produzca.



Fuerza los ojos, siempre entrecerrados, para ver en la luz crepuscular algún signo en ese sol que se hunde lentamente en el horizonte.
Y no ve nada.
La luz le marca y acentúa los rasgos.
El viento le obliga a hacer muecas. La arena fina le golpea la cara.
Las dunas volátiles, lentamente ocultan el disco del sol, dejan el cielo sin nubes libre de focos incandescentes.
Ya sin luz directa el viento se hace frío.
Se cierra la camisa, pero no se mueve. Apenas mira mas allá de este horizonte, donde ha recalado y adonde espera su revelación.



Busca y busca dentro de el mismo, le han enseñado que busque ahí. Y cree, y busca. Sin encontrar.
No he de saber buscar, se dice. Profundiza en sus vivencias, en sus sueños y delirios.
Con infinita paciencia, se queda. Apenas si se mueve para alimentarse frugalmente, beber y evacuar.
Caminar solo algunos pasos hasta la casa, para abrigarse en la galería de viejas maderas.
Seguir oteando su horizonte, traspasándolo con miradas paralelas.
Esperando, como le han enseñado.



Ver aparecer las innumerables estrellas.
Las conoce una a una, sabe donde están y como son, las ha visitado en otros tiempos y en otras circunstancias.
Las mira y sabe que el como todos los demás hemos salido de ellas, construidos en lo material con los átomos formados en sus hornos creadores de materia. Hijos del sol.



Puede fugazmente recordar naves, cientos de naves, flotas interestelares, mundos impensados e impensables.
El recuerdo es tan vivo aun, que siente en la nariz y la boca el olor / gusto acre de los incendios, de las explosiones, de los motores de las naves.
Siente las matanzas de otras épocas ya pasadas, las guerras y el sabor amargo de todas las épocas. Se ve vestido, viril hembra, de uniforme manchado de sangre, desgarrado por fuera y por dentro.
Se siente hombremujerespiritu de combate, de todos los tiempos pasados y por venir. Se siente madre pariendo vida sin medir consecuencias. Poeta incomprendido, vil mercader buscando provecho, noble místico, se siente mujeres sometidas y libertarias, heroínas y cobardes, hombres píos y ruines como pocos, se siente avaro y generoso para todo perder, se siente músico, científica, religiosa y horrible predador de vidas.
Ve madres llorosas, amigos idos y reencontrados para volver a verlos partir.
Contempla sus mujeres y maridos, ve a sus padres, a sus miles de hijos. Espíritus de todo tipo, poderosos y fugaces como la luz de una nova, débiles y perennes como las nubes de polvo estelar.
Hijos de hijos, de hijos de hijos de hijos.
Seres miles, espíritus, con sus hados, rumbo a sus destinos. Surcando los tiempos, los espacios, las creencias, las eras y sus realidades, con sus necesidades de verdad. Verdades falsas, falsas y mas tarde y antes, ciertas como el fulgor de un lucero.
Insondables espíritus tan entrañables, los ha encontrado tantas veces, que ya no consigue reconocerlos individualmente, sabe que los conoce desde hace eones. Sabe que moviendo los ojos ellos y el se abarcan íntegros.



Y espera, inmóvil.
Mira y piensa.
Sabe que su misión es ineluctable.
Este mundo desierto gira y rueda por un confín del universo.
Él cree, o quiere creer que cree, sentado, solitario, los ojos de miradas paralelas, clavados en el exacto lugar adonde se ha puesto el sol.
Espera y piensa, hace miles de millones de años.
El tiempo ya no importa, en realidad nunca importo, ni siquiera existe, es una invención de la conciencia humana.
Hace mucho que la ha abandonado, que dejo de vivir en función de lo que es.
La vida material ya no tiene ningún sentido, se ha reducido a la contemplación y a la espera.
La mas pura y absoluta espera de un desenlace, en el que este mundo cierre y alcance su objetivo, donde el circulo en fin se cierre.
Pero para eso sabe que DEBE recordar lo que programo en otras vidas, en otro estado.
Y por mas que retuerza sus dedos y su espíritu, sabe que no ha de poder.
Que tal vez, algún designio superior se imponga a su voluntad, a sus voluntades sucesivas y únicas.
Tal vez espera que así sea.



Algunas tardes, en las que al final del día, siente que desfallece cuando mira la arena que el viento junta en sus manos, cuando contempla los millones de granos de sílice y compara con las miríadas de estrellas, con sus mundos, con sus seres y sus culturas.
El hastío le derrumba las certezas y el alma.
Solloza, tiembla y se pliega.
Murmura, hincado sobre las arenas eternas de un planeta desierto, en un confín del universo, barrido por vientos impiadosos, de cielo increíblemente azul.
Murmura y se pregunta: porque yo? porque a mi?


La eternidad ha vencido.
El polvo de estrellas ha conseguido desgastar una vez mas mundos de gas, agua, hierro y rocas.
No sabe si al fin, ese algo que tal vez todo lo pueda y todo lo gobierne, ha sutilmente cerrado un ciclo, a pesar de la voluntad del individuo que ha creído representarla.

Todo termina se en ese cosmos.
Es el fin una vez más.
En algún lado algo ha debido pasar, sin él, para que este mundo y el mismo no existan más.
El sol que lo ilumina se apaga suavemente, el mundo desierto tiembla y resquebraja.
Las estrellas titilan suavemente y comienzan a apagarse una a una.
El hombre, el viento, la arena, desparecen.
El alma vuela libre, ya no hay sino energías.
El final físico ha llegado.

Ahora sabe que el camino esta dentro de el mismo.
Que a pesar de la inexistencia material, él sigue vivo.
Navegando hacia la luz, volviendo al seno materno de la estrella fulgurante que lo engendro. Incorporado a quien le dio la vida.
Siente que su espera milenaria, ha dado sus frutos.
Que él es ese fruto, por el que trabajo y vivió toda su existencia.
En el mar de luz, se deja ir por fin!

Mandrake 952

2 comentarios:

ana dijo...

Si en 'el principio fue la acción', en el final será 'la contemplación'? o podremos hacer algo compañero...

Anónimo dijo...

Llegará un tiempo en que todo se hará luz ...solo contempla y espera !!!!!!