martes, 28 de julio de 2020

HISTORIAS DE TORTUGA CHUECA

Doy inicio a una serie de historias de mi pueblo imaginario, TORTUGA CHUECA.
"Chueco o chueca" en argentina, se le dice al ser cuyas piernas tienen formas de paréntesis ( ).
Es con sentido del humor éste nombre imaginario, pues una tortuga no puede, sino ser chueca.

Es MI MACONDO un pueblo donde realidad y magia se unen en historias cuyos personajes, son personas reales, muchas veces mis amigos y familiares.
Cada uno sabrá reconocerse.

Algunas historias son extraídas de la realidad, otras mitos populares y algunas, pura ficción.
En general, el lenguaje usado aúna formas "gauchescas" ya arcaicas y otras el lenguaje común de los pueblos del interior pampeano.

Los dejo con los personajes!
Que lo disfruten!





1- Abundio Lonkechén


En Tortuga Chueca hay dos plazas, una a cada lado de la antigua estación de tren.

Ahí se desarrolla la vida social del pueblo.

Del lado de acá de la estación, hay dos boliches.

Uno es el del Chueco Loayza, el otro de un italiano malhumorado al que le dicen Fredo, Manfredo se llama.


A lo del Chueco, ya hacen muchos años, solía concurrir Abundio Lonkechén, un indio flaco y alto, buenmozo, pero con la cara picada de viruela.

Vivía en el bajo, ahí donde el Arroyo del Medio se junta con el horizonte del pueblo.

Casita pobre, humilde, ranchito…

Horno de barro, alero, un par de ombúes, dos tilos y un ciprés…

Se suele inundar por ahí.


Decían en el pueblo y el “Chobo” Aguerre (chobo por su adicción al mal vino tinto) lo confirmaba, pues lo conoció bien, que Abundio era “brujo y culandrero”, pero como el Chobo no siempre estaba lúcido, pues nadie le creía mucho.

Abundio, a su vez, afirmaba que en siendo querandí, era el ultimo chamán vivo de su nación casi desaparecida, y que en siendo el “guardián celestial” del mítico Río de las Conchas (el Arroyo del Medio) un día remontaría su curso hacia el pajonal que era su origen donde lo esperaría Soychu (dios de la luz y la sabiduría) en persona, completando su destino y escapando para siempre de Gualychu (dios del inframundo y la oscuridad)


En el pueblo se reían y lo tomaban mitad en serio, mitad en broma.

Si se sabía que era “sanador” con los animales y algunos cristianos.

Un buen día dejó de ir al boliche, donde solo tomaba una copita de giniebra. Y no lo vimos mas. Pero nunca mas.

Coincidió con una de esas cosas raras que pasan en los pueblos chicos.


Una tarde, esas muy pesadas de verano de cielo tormentoso y nublado que anuncian agua; el pueblo se llenó de “alguaciles”, primero algunos, luego cientos, luego fueron miles!

Tantos eran que se escuchaba el ruido de sus alitas transparentes en la tarde quieta. A lo lejos se venía la tormenta y nadie se sorprendió, porque en Tortuga Chueca si algo se sabe… es que las tormentas con mucho viento son precedidas por una nube de tierra y los alguaciles.


A la “tardecita” empezó a refusilar por el oeste, y después a tronar.

El sol que se ponía iluminaba todo de un resplandor anaranjado que hacia que el horizonte pareciera el escenario de un teatro.


Cuando se vino la noche empezó a llover muy fuerte, primero gotas gruesas de esas que levantan polvo del piso, después el aguacero fue total con mucho viento. Se volaron dos galpones esa tarde.

Llovió toda la noche, fuerte.


A la madrugada el Arroyo se desbordó y amenazó entrar al pueblo, pero como nadie lo había invitado se quedó ahí nomás, en las primeras casas. La de Abundio se inundó feo.

Cuando clareaba pero aún no salía el sol, ya no llovía; los que estábamos levantados pudimos ver una de las cosas mas raras que yo recuerde, los miles de alguaciles eran ahora miles de luciérnagas que entre prendes y apaga, iluminaban la noche que se diluía con el amanecer en un ciclo inquietante: luz, oscuridad; luz, oscuridad; luz, oscuridad.


Salió el sol y si las luciérnagas estaban ahí… nadie las volvió a ver.


Días después, y al salir de una homérica curda volvió el Chobo a contarnos una historia que les referiré, pero que nunca he podido terminar de creer.


Dijo que esa noche de tormenta Abundio volvió de su tarea como corralero a su ranchito.

Desensilló el caballo, lo bañó con agua fresca y lo soltó en el potrerito que tenía atrás del rancho.

Se calentó agua para unos mates y se sentó bajo el alero.

Cuando empezaron los refusilos y los truenos, se levantó, miró el horizonte, sin decir palabra se metió al rancho y salió vestido con ropa de domingo.


Se sentó en un tronquito bajo el alero y empezó a tomar mate.

El Chobo, que lo miraba de lejos (él siempre espiando a los demás) se le acercó justo cuando se llenaba el lugar y el rancho de alguaciles.

Le preguntó a Abundio si podía matear con él.

Abundio asintió, pero lo advirtió que la tormenta se iba a poner fea y que por ahí se inundaba.

El Chobo se sonrió y le dijo. – yo vivo inundado… por adentro!


Cuando arreciaba la tormenta y el Chobo ya no estaba tan confiado, Abundio lo invitó a pasar al ranchito.

En media hora el agua entraba por debajo de la puerta.

Abundio se paró y le estrechó la mano, salió al patio con el agua a la canilla y se quedó parado mirando primero al oeste y luego apuntó al naciente, el Chobo contemplaba en silencio viendo el paisaje desolado iluminado por los relámpagos.

Cuando el agua ya les llegaba a la cintura, la noche se iluminó de “bichitos de luz”, miles, millones!!

Envolvieron a Abundio con una luz muy blanca que se prendía y apagaba; y lo levantaron por sobre las aguas y se lo llevaron hacia el Arroyo a contracorriente.

Abundio, con cara de santo lo miró y le dijo: - adios hermanito!


El Chobo no se ahogó porque se subió al techo del rancho y se quedó ahí tiritando de frío y de miedo.


Pero desde ese día, vivió ahí… para cuidarle el rancho y las cosas a su amigo… pa cuando volviera!


martes, 21 de julio de 2020

ANDREA Y GIANCARLO


Image: Visita guiada nocturna para descubrir la Galería de los Uffizi


ANDREA Y GIANCARLO


Corría el año 1622, vivíamos en una pequeña ciudad de Italia, cuyo nombre no recuerdo.

Tal vez Siena, no le sé y no lo he podido recordar.


Casas de piedra, suntuosas por dentro y austeras por fuera.


Vivias ahi con tus padres y hermanos.

Todos servidores del gran señor.

Pequeña de cuerpo, muy rubia, nariz aguileña, cuerpo magro.

No mas de 15 o 16 años, servías a los patrones y a sus visitantes.


Yo, unos 22 o 23, hijo de otro comerciante de rango menor al de tu patrón.

Grande, alto, muy delgado de hombros cuadrados y pelo largo hasta el hombro, cabello castaño.

Iba con mi padre a la casa de tus patrones.


Desde que te vi te amé, y tu también.

Nos comíamos con las miradas y sin permiso de nadie empezamos a frecuentarnos, claro que nuestra realación no era admitida públicamente, pero si tolerada.

Nuestro amor era verdadero.


Nos veíamos cuando se podía, pero nunca decidimos irnos a vivir juntos.

Siempre nos decíamos en nuestros apasionados encuentros: será mañana, cuando juntemos dinero para nuestra casa y yo consiga el permiso de mis mayores.

Ibamos a pasear por la ciudad y al río a ver las aguas correr.

Tuvimos dos hijos, tu siempre con tus padres y patrones, yo con mi familia pudiente.

Enfermaste, de algo que había en el agua. 

Tus padres me avisaron y te fui a ver, en un mar de lágrimas nos despedimos.

Me pediste que cuidara, velara por nuestros dos hijos, una varón y una niña, yo te lo prometí, y poco tiempo después te fuiste.

Moriste de mi mano, con una sonrisa, mirándome profundo en los ojos.

Fue tal el dolor que me arrasó, que nunca mas volví a ver a nuestros hijos, que fueron criados por tus padres y familia.

El dolor era tan grande que, seguramente, preferí intentar olvidar y no asumir mi compromiso.


Poco después en una guerra de esas absurdas de la época, de ricos conra ricos donde mueren seres jóvenes y pobres, yo también morí.

Partido mi corazón por un dardo.


Nuestra sangre corre hoy por las venas de mi familia.

Muchas generaciones han pasado desde aquel momento y es lo que han tardado nuestras almas en reencontrarse.

Tu Andrea, yo Giancarlo.


Es lo que sé hoy.

Lo sé, lo siento.

Y no puedo explicarlo.

Así es la historia que he recordado.

Tal vez hoy puedas perdonarme aquel juramento incumplido, no fue por debilidad, sino por un dolor inmenso que no pude tolerar.


Nuestro amor sigue intacto.


Los maravillosos pliegues del destino, han vuelto a unir nuestros hados.

Nos hemos reencontrado “por casualidad”, yo sé que te esperaba.

Tu volvías de otro amor y de tantas cosas.


Quisiera decirte que en éstas vidas de hoy, cumpliremos con aquel amor.

Pero no lo sé.

Solo quiero decirte que te amo, y que con tu perdón he podido volverme a amar.

Tuyo por siempre!











sábado, 18 de julio de 2020

A QUEMARROPA


A QUEMARROPA



Están sentados uno frente al otro, sin mirarse a los ojos.

Tal vez no puedan hacerlo, mirar tiene el gusto de lo insoportable.

La mesita del bar los une y los separa...por debajo.

Los pies quieren alejarse mas.

De la cintura hacia arriba, todo lo que se ve sobre la mesa parece indicar que se acercan.

Las manos tiemblan apuntándose con cigarrillos, las cabezas se inclinan. Tal vez para amarse y herirse mas de cerca, a quemarropa.


Han tomado ya como 10 cafés, negros, fuertes, cargados...ella amargos, el dulce como la hiel. Parecen odiarse, por sobre el amor que se han profesado.


Los pies se separan, para andar juntos caminos de adiós; pisotean puchos de cigarrillos ya fríos, negros, quemados.

Los papeles, berretas y reciclados de las servilletas completan el cuadro debajo de la mesa.

Las baldosas frías, grises y gastadas, aumentan la sensación de frío, humo duro y pegajoso, y polvo de tierra finito que marca implacablemente los zapatos viejos y gastados.


El mozo se acerca, saco blanco impecable, moñito negro, bigote finito de otra época, pregunta si quieren algo mas.

A coro niegan.

Y casi se ríen, pero no.

Recuerdan, el momento es grave, nada de risas, la hora del dolor llegó, está aquí, hay que ser adultos y asumirla, entonces pues, a sufrir se ha dicho!


Que queda por decir, se preguntan?

Casi nada, que no se hayan dicho en éstos meses del final.

Ella toma uno de los vasitos de agua, le tiemblan los dedos, siente las manos frías y una ansiedad enorme que la corroe, pero que la arma por dentro.

Le dice: mira Flaco, creo que ya está, que todo se acabó, que lo nuestro ya fue. No sigamos haciéndonos tanto mal, yo te quiero, vos sabés; pero ésto de torturarnos así sin medida, no es para mi.

Si por nosotros dos fuera, que se yo? Tal vez lo soportaría, pero están los pibes!

Y él sabe que es así, que ella no se equivoca, por lo menos en ésto.

Que los años se llevaron sus bellezas físicas que tanto los atraían.

Él sabe, con certeza, que ella no se equivoca.


Tiene tanto miedo, que no se anima a darle la razón...

Miedo de aceptar que la vida no fue lo que quisieron.

Que los sueños mas queridos y maravillosos que entre los dos tejieron, no han sido mas que eso.

Que la vida los ha molido lentamente a palos, los ha triturado prolijamente, los ha vaciado y les ha sacado el jugo, y se dice: gil...o tal vez pensaste que vivir era fácil?


Tiene miedo, de perderla. De perder a los pibes, de no verlos mas y de enterarse que un día llamen papa a otro.

Tiene miedo de volver al departamento gris, triste y sin luz que abandonó hace ya casi 6 meses.

Meses en los que lloró por gastarse en joda, lo que de puro hijo de puta no le quiere dar a su mujer para los pibes, para lastimarla, viste?


Pero están tan jugados, vienen tan a fondo en esta curva...

Saben los dos que no pueden levantar el pie del acelerador, que lo único que pueden hacer es mirar hacia adelante. Y hacia adelante, los dos están solos.

No pueden mirar atrás! No!!

Paraqué?

Demasiado amor, tanta ternura e ilusión.

Si es mejor as¡, por Dios!

Para que sufrir tanto?


Y ella se dice: y los sueños?

Y los viejos del barrio que bendijeron la boda ?

Y el cura Andrés, aquél del tercer mundo, que los casó aquella noche de lluvia en la parroquia?

Y las noches increíbles de amor?

Los viejos amigos, que hoy ni recuerdan, que se habrán hecho, dónde estarán?


Porque los sueños se nos desvanecieron as¡?

Porque somos incapaces de permitirnos sobrevivir y vivir atrevés de ellos?

Porque nos dejamos ir, porque él se ha convertido en éste tipo blandito y sin rumbo que la mira con ojos cobardes, pero fríos y afilados como cuchillos.

Porque las canas, el pelo largo y sucio, el olor a cigarro negro, la cara arrasada y la barba de varios días.

Que derecho ha tenido él para liquidarse as¡?

La panza enorme, grande, tensa, inmaculadamente blanca.


Le dan, as¡ de repente, ganas de llorar.

Se siente triste y vencida.

Se dá cuenta que le tiemblan los dedos, y se dá cuenta que él lo percibe.

Intenta tomar uno de los vasitos de agua.

Y piensa en los chicos, que se quedaron con la vecina del 4 A, que de gaucha nomás se los cuida. Que extrañan al padre, que lloran casi todas las noches, a los que apenas ha podido alimentar.

Piensa que los tuvo que cambiar de escuela por falta de plata y las lágrimas ya se le saltan de los ojos.

Piensa en la Vieja que le ha ofrecido sus pocos pesos para bancarle la angustia, para "que se haga ver".


El tránsito se ha detenido sobre Las Heras, ahora el semáforo abre sobre Coronel Díaz.

Los ómnibus arrancan y llenan todo de humo, afuera es noche y llueve tanto, que la plaza de la Penitenciaria casi no se ve.


Se vuelven a mirar, ausentes, vacíos.

La angustia les ha ganado.

Esta realidad los ha vencido, los sueños al carajo, las canciones y las palabras, nada!

Nada queda ya que los una, solo los recuerdos de épocas pasadas y mejores, tal vez mejores por pasadas.


Él baja la mirada y empieza a llorar, despacio, bajito, muy sentido.

Casi como los chicos, con vergüenza, con tanto sentimiento!

Ella lo ve acabado.

Se dice que si lo deja as¡, este boludo es capaz de hacer una cagada.


Él no ve nada, las lágrimas le nublan la vista y esta vida le ha nublado el alma ya hace tanto tiempo!

Quiere levantarse pero no puede, porque sabe que no tiene nada en ninguna parte, que probablemente ya no se tenga ya ni a él mismo. Sabe que ha fracasado, que no ha cumplido con todo aquello que le enseñaron. 

Sabe...en fin que no sirve, que es un perdedor.


Ella lo mira larga, detenidamente.


El mozo desde lejos, apoyado en sus pies planos, los observa. Sabe, casi detalle por detalle, lo que va a pasar.

Pero creo que ésta vez, se equivoca!


Las lágrimas de él dejan de brotar, las seca con el revés de la mano.

Los ojos de ella miran de otra forma, han perdido la gris dureza del acero.

Le dice: vamos che!

Dale Flaco, no es para ponerse as¡!

Dejá de joder!

En broma, como antes, le canta bajito:...daaaleee Dioooooss!

Y apenas con la punta del dedo índice le roza la palma de la mano olvidada sobre la mesa.

Él aun solloza; y ella le acaricia la mano.


Llaman al mozo, él paga.

Se levantan, las sillas hacen ruido al ir para atrás.

Salen.

Afuera es noche y llueve tanto!

Abren el paraguas y se aprietan debajo para no mojarse.

Se cubren mutuamente.

Después medio saltando, medio corriendo y esquivando charcos, se pierden por Las Heras rumbo a un destino mas que incierto.


En el bar, levantan las mesas, se barre con prolijidad obsesiva la última suciedad.

Última si, mañana ya no abrirán, pasado... comenzarán a reformarlo, plástico y neón.


La lluvia sigue cayendo, los semáforos cambian y cambian, las luces brillan sobre los charcos del asfalto.


Esperanza, mojada, aterida, sonríe, tímida, escondida,  corriendo tras de ellos, mientras los ve alejarse...

                                                                                                             Buenos Aires 5/1/93

                                                          








lunes, 13 de julio de 2020

OCASO


OCASO

De edad indefinible. Pelo al ras, canoso casi blanco, cabeza redonda, entradas profundas.

Ojos entrecerrados, cuerpo y cara macilentos.

Rasgos duros, no hay tensión en su rostro.

Camisa azul viejísima, abierta, mangas sueltas. Pantalón amplio, sandalias, piernas cruzadas en equis y replegadas sobre el viejo sillón mecedora.


Mira hacia el confín del poniente, su mirada no corta el horizonte.

Las paralelas de sus ojos, continuas, continúan, atraviesan la atmósfera y surgen al espacio abierto. Él lo ve todo.

Pareciera estar en contemplación, abstraído en ideas.


Piensa, elucubra, barrunta y discierne.

Recordando.

No cualquier recuerdo, de ayer, de antes de ayer o de mañana.

No y no.

Busca recuerdos de otras vidas.

Quiere traer lo que, a su ser escencial, le pasó antes de ahora.

Intenta, hace años que intenta. De mil formas, con mil técnicas, propias y aprendidas.

Y no puede. No consigue recordar casi nada.

Mas es ése casi, él que le abre apenas la puerta, él que lejos de ayudarlo, lo envuelve mas aun en incertezas.


Ha soñado, una y otra vez, que esta ahí con un fin prefijado. No por el destino o el azar. Sino por el mismo, en otras circunstancias, en otro estado. Por mas que quiere no puede re-cordis, que espera?

Y desespera de esperar.

Pero sabe que esperar está bien, que esperar ahí sentado, coincide con su armonía espiritual.

Se devana los días pensando porque espera?

Retuerce sus dedos incansablemente queriéndose sacar una verdad que no le sale.


Busca y busca. Revuelve y remueve los recuerdos, de esta y otras vidas.

Algo le dice que se quede, que esta bien. Que esta bien así y ahí.

En ese lugar y en ese tiempo.

Que algo ha de llegar, que su misión es esa, estar ahí cuando todo se produzca.

Que él ha elegido y ha sido elegido para estar ahí, cuando lo que debe inexorablemente producirse... se produzca.


Fuerza los ojos, siempre entrecerrados, para ver en la luz crepuscular algún signo en ese sol que se hunde lentamente en el horizonte.

Y no ve nada.


La luz le marca y acentúa los rasgos.

El viento le obliga a hacer muecas. La arena fina le golpea la cara.

Las dunas volátiles, lentamente ocultan el disco del sol, dejan el cielo sin nubes libre de focos incandescentes.

Ya sin luz directa el viento se hace frío.

Se cierra la camisa, pero no se mueve. Apenas mira mas allá de este horizonte, donde ha recalado y adonde espera su revelación.


Busca y busca dentro de él mismo, le han enseñado que busque ahí. Y cree, y busca. Sin encontrar.

No he de saber buscar, se interroga. Profundiza en sus vivencias, en sus sueños y delirios.


Con infinita paciencia, se queda. Apenas si se mueve para alimentarse frugalmente, para beber y evacuar.

Caminar solo algunos pasos hasta la casa, para abrigarse en la galería de viejas maderas.

Seguir oteando su horizonte, traspasándolo con miradas paralelas.

Esperando, como le han enseñado.


Ver aparecer las innumerables estrellas.

Las conoce una a una, sabe donde están y como son, las ha visitado en otros tiempos y en otras circunstancias. Sus planetas.

Las mira y sabe que él como todos los demás hemos salido de ellas, construidos en lo material con los átomos formados en sus hornos creadores de materia.

Hijos de soles.


Puede fugazmente recordar naves, cientos de naves, flotas inmensas, interestelares, mundos impensados e impensables.

El recuerdo es tan vivo aún, que siente en la nariz y la boca el olor, el gusto acre de los incendios, de las explosiones.

Siente las matanzas de otras épocas ya pasadas, las guerras y el sabor amargo de todas las épocas.

Se ve vestido, viril hembra, de uniforme manchado de sangre, desgarrado por fuera y por dentro.

Se siente hombremujeresíiritu de combate, de todos los tiempos pasados y por venir.


Se siente madre pariendo vida sin medir consecuencias.

Poeta incomprendido, vil mercader buscando provecho, noble místico, se siente mujeres sometidas y libertarias, heroínas y cobardes, hombres píos y ruines como pocos, se siente avaro y generoso para todo perder, se siente músico, militar, científica, religiosa y horrible predador de vidas.

Ve madres llorosas, amigos idos y reencontrados para volver a verlos partir.


Contempla sus mujeres y maridos, ve a sus padres, a sus miles de hijos.

Espíritus de todo tipo, poderosos y fugaces como la luz de una nova, débiles y perennes como las nubes de polvo estelar.

Hijos de hijos, de hijos de hijos de hijos.

Seres miles, espíritus, con sus hados, rumbo a sus destinos.

Navegando la existencia, surcando los tiempos, los espacios, las creencias, las eras y sus realidades, con sus necesidades de verdad.

Verdades falsas, falsas y mas tarde y antes ciertas, como el fulgor de un lucero.

Insondables espíritus tan entrañables, los ha encontrado tantas veces, que ya no consigue reconocerlos individualmente, sabe que los conoce desde hace eones.

Sabe que moviendo los ojos ellos y él se abarcan íntegros.


Y espera, inmóvil.

Mira, piensa y siente.

Sabe que su misión es ineluctable.

Este mundo desierto gira y rueda por un confín del universo.

Él cree, o quiere creer que cree, sentado, solitario, los ojos de miradas paralelas, clavados en el exacto lugar adonde se ha puesto ese sol.

Espera, vive y piensa, hace miles de millones de años.

El tiempo ya no importa, en realidad nunca importó, ni siquiera existe, es una invención de la conciencia encarnada.

Hace mucho que la ha abandonado, que dejó de vivir en función de lo que es.

La vida material ya no tiene ningún sentido, se ha reducido a la contemplación y a la espera.

La mas pura y absoluta espera de un desenlace, en el que éste mundo cierre y alcance su objetivo, donde el círculo en fin se cierre.


Pero para eso sabe que DEBE recordar lo que programó en otras vidas, en otro estado.

Y por mas que retuerza sus dedos y su espíritu, sabe que no ha de poder.

Que tal vez, algún designio superior se imponga a su voluntad, a sus voluntades sucesivas y únicas.

Tal vez solo espera que así sea.


Algunas tardes, en las que al final del día, siente que desfallece cuando mira la arena que el viento junta en sus manos, cuando contempla los millones de granos de sílice y compara con las miríadas de estrellas, con sus mundos, con sus seres y sus culturas.

El hastío le derrumba las certezas y el alma.

Solloza, tiembla y se pliega.

Murmura, hincado sobre las arenas eternas de un planeta desierto, en un confín del universo, barrido por vientos impiadosos, de cielo increíblemente azul.

Murmura y se pregunta: porqué aquí, porqué a mi? porque yo?


La eternidad ha vencido.

Los vientos cósmicos y el polvo de estrellas han conseguido desgastar una vez mas mundos de hierro y rocas.

No sabe si al fin, esa conciencia que tal vez todo lo pueda y gobierne, ha sutilmente cerrado un ciclo, a pesar de la voluntad del individuo que ha creído representarla.


Todo termina en éste cosmos.

Es el fin una vez más.

En alguna conciencia y en algún plan superior algo ha debido pasar, para que éste mundo y él mismo no deban existir más.

Las estrellas titilan suavemente por última vez y comienzan a apagarse una a una.

Las nubes de polvo cósmico se iluminan tironeadas por los agujeros negros.

El sol que lo ilumina se apaga suavemente, el mundo desierto tiembla y resquebraja.

El hombre, el viento, la arena, desaparecen lentamente.

El alma vuela libre, ya no hay sino energías.

En éste plano, el final… ha llegado.


Ahora sabe que el camino esta dentro de él mismo.

Que a pesar de la inexistencia material, él sigue vivo, conciente.

Navegando hacia la luz, volviendo al seno materno de la estrella fulgurante que lo engendró y de la conciencia que lo creó.

Incorporado, una vez mas, a quien le ha dado el ser, la sabiduría y la vida.

Siente que su existencia y espera milenarias, han dado sus frutos.

Que él es ese fruto, por el que trabajó y vivió toda su vidas... hasta hoy!

Y en el mar de luz, por fin… se deja ir!


(Foto NASA, atardecer en Marte)






martes, 7 de julio de 2020


DESPERTAR

El primer sacudón fue una mañana común en casi todas partes donde era de día, la humanidad abocada a su desenfrenada carrera hacia no se sabe donde, corrió, murió amó, comió, mató, destrozó, creó, corrió, pensó sintió y siguió corriendo.


Resulto casi imperceptible, no como un terremoto leve, mas bien fue un sobresalto.

Como si la humanidad entera hubiera experimentado un hipo de su planeta.

Solo los científicos pudieron percibir, con sus mas sensibles instrumentos, que el pequeño temblor no tenia un punto hallable, no tenia epicentro.


Poco a poco, con sus archimodernos sistemas de comunicación fueron cotejando informaciones, se subieron a todas las redes profesionales, se mandaron miríadas de datos, mails y saturaron los contactos web.

En las “autoridades científicas” lentamente fue haciéndose cuerpo la idea que el sacudón había sido global.


Con tensa calma se planificaron reuniones a puertas cerradas, se fueron comunicando con los gobiernos, los gobiernos se comunicaron entre ellos (algunos mas que otros...claro) y confluyeron en enormes cónclaves secretos para tratar de saber que había pasado.


Teorías científicas hubo varias, los expertos militares concluyeron que se trataba de explosiones clandestinas, los economistas previeron sacudidas en los mercados, los ecologístas pronosticaron el aumento del efecto invernadero, los oceanógrafos temieron por cambios en las aguas y mortandad de especies, los meteorólogos previeron cambios climáticos decisivos para la vida, los geólogos y vulcanólogos esperaron terremotos y erupciones, los teólogos y religiosos vislumbraron apocalípsis de las mas variadas.


Nada, nada de eso ocurrió.


Tres días pasaron del sacudón planetario.

La información se fue filtrando como el agua, siempre lenta pero indetenible.

Al atardecer del 4 día y cuando todas las autoridades concernidas ya suspiraban de alivio, el primer diario de importancia comunicó el evento. En las ediciones de la noche las cadenas de radio y televisión mundiales fueron ampliando la noticia, la web y las redes sociales abiertas estallaban por los intercambios.

Solo al día siguiente, la investigación periodística, permitó hacer explotar la noticia en todas las primeras planas del mundo.

En títulos desmesurados, pues catástrofes no había, se dijo: La Tierra se sacudió entera hace 5 días!

Leve temblor planetario desconcierta cientificos!

Los gobiernos minimizan el evento!

Aun así la población de las grandes ciudades mantuvo la calma.

En los campos la vida continuo como antes.

A rigor no había de que asustarse, nada significativo había cambiado, todo seguía mas o menos igual.


No obstante, desde las distintas bases científicas y militares de la Antártida, el quinto día llegó una información que al principio nadie tomo en consideración: el agujero de ozono, en la alta atmósfera disminuía lentamente de tamaño.

En Nueva York, México DF, San Paulo, Moscú, Pekín, París, Los Angeles, Sydney, Lagos, Nueva Delhi se observó por quinto día consecutivo una caída progresiva de la contaminación del aire.

Las marinas que operan en los océanos del hemisferio sur coincidieron en informar que habían tenido avistamientos de inmensos bancos de peces y enormes manadas de ballenas y delfines desplazándose en forma ordenada.

Los satélites geoestacionarios observaron los desplazamientos de animales marinos y usando sus computadoras concluyeron que los movimientos seguían siempre el mismo patrón. Armónico, pausado y pacifico.


El sexto día fue evidente que en los hospitales del mundo entero y en las grandes ciudades, la cantidad de muertes disminuía lenta pero progresivamente.


Dieciséis guerras locales y de baja intensidad que monitoreaban las Naciones Unidas (y los servicios de inteligencia de las “potencias”) no habían registrado hechos militares de significación.


Al séptimo día, cuatro eventos llamaron la atención mundial.

En la Amazonia, 25 tribus del lugar se habían concentrado para realizar ceremonias ancestrales de celebración de la vida. Durante las celebraciones se presentaron las fuerzas policiales y el ejercito brasileño para restaurar el orden (y el progreso), ante la negativa de los indios de retirarse, las fuerzas militares y policiales decidieron reprimir con gases lacrimógenos y balas de goma.

Por razones que se investigan aun los gases se evaporaron casi inmediatamente después de haber sido lanzados y las balas de goma fallaron masivamente al no detonar. Los festejos continúan aun.


Una celebración religiosa que realizaba el Papa Francisco Iª de “aryentina” en el Vaticano ante centenares de miles de fieles, fue interrumpida por un leve temblor de tierra. Estos huyeron despavoridos a pesar de los llamados del Papa y sus obispos a mantener la calma.

Los diarios publicaron extraordinarias fotos mostrando al Papa y sus obispos en un inmenso escenario...junto a la plaza San Pedro totalmente vacía.


Desde la Estacion Espacial Internacional, se informo que un resplandor no observado antes se desprendía de varios sitios ubicados en ubicaciones despobladas del planeta. Luego de chequear los lugares la NASA, la Agencia Europea y la Rusa, coincidieron afirmando que en todos se habían realizado explosiones nucleares en el pasado, pero que las radiaciones medidas no excedían valores preestablecidos.


Cerca de México DF, a unos 40 km, en el sitio arqueológico de Tehotihuacán, se reunió sin convocatoria previa una multitud de mas de dos millones de personas, que venían de todas partes del mundo, las que fueron sobrevoladas por inmensas bandadas de pájaros.

Eso provocó tal atascamiento de tránsito que las autoridades mexicanas previeron un colapso en la circulación de vehículos en toda la región.

Pero nada de eso aconteció.

Por la noche, en el cielo ya oscuro, centenas de luces y naves fueron avistadas por las participantes en la enorme ceremonia provocando exclamaciones de admiración por los extasiados concurrentes dada la belleza de los movimientos coordinados, los colores cambiantes del las luces y vibraciones sonoras que embelesaron e hicieron danzar de placer a las multitudes.


Al octavo día, las agencias nacionales del espacio y observatorios astronómicos, informaron que un temblor de baja intensidad, similar al observado en la tierra había ocurrido en nuestra Luna.


No obstante pocos de estos eventos tuvieron masiva difusión, solo muy pocos científicos pudieron conectar los hechos entre si, ningún gobierno y sus asesores económicos, científicos y militares tomó medida alguna. Salvo el Ministerio de Defensa brasileño, quien se quejó ante los fabricantes de las armas disuasivas israelíes, por la mala calidad de los pertrechos. Y el Vaticano quien llamo a sus fieles a no temer los fenómenos naturales, sino a protegerse y orar en caso de producirse.


En los días sucesivos se realizaron esponténeamente ceremonias como las de Tehotihuacán en varios lugares de la India, en el Tibet, en Laos, Sri Lanka, en Machu Pichu, en el Lago Titicaca, en Tiahuwnaku, en el Tauantinsuyo peruano, en Palenque, Montealbán, en Honduras tierra de mayas, en dos sitios arqueológicos del Amazonas, en la region de los Dogón y en el monte Kilimanjaro en Africa, en Stonenghe, en el Monte Yastá y en Nuevo Mexico en los USA y otros en Mongolia, Ucrania, Canadá, en los Alpes suizos, en Argelia los kabil, en El Cairo se juntaron multitudes en las pirámides, en La Bekaa en Siria, sobre la cordillera de los andes en tierras del pueblo mapuche, en el matogrosso con los guaraníes, en Tulja con los chibchas… entre tantos otros.




Ese día, en el kósmos, todos aquellos que observaban amorosamente al joven planeta azul… sonrieron…

Hubo un sobresalto, todo el planeta se sobresaltó.

La Tierra, ser masivo y enorme, se sacudió.

Se sacudió íntegra, física pero, y por sobretodo, energéticamente!

La Madre Tierra, la Pachamama, Gaia, Tera... despertó!


No es que ésto fuera poco frecuente, o inabitual en la vida de los planetas. Los inmensos astros, mas leves, mas sutiles, aquellos que se quedaron mas cerca de los soles que de la dura roca, solían hacerlo antes.

A la Madre Tierra mas pequeña, dura, sólida, mas densa y estructurada, simplemente le llevó mas tiempo.

Pero lo hizo, al final lo hizo!


Rompió así miles de millones de años de evolución somnolienta, lenta, pausada.

Adquirió plena conciencia de ella misma, de su existencia en el kosmos, reconoció a sus vecinos que ya trataba de antes. Supo que todos habían salido del mismo vientre, de aquella nube de polvo estelar que tironeada por sus fuerzas internas y algunas externas, los habían ido conformando como seres planetarios.

Ese dia el bello planeta azul ascendió a la 5ta dimensión


Y desde ese día veneró a su padre el Sol, a sus hermanos planetas, a la madre galáctica la Vía Láctea y recibió gozosa las irradiaciones sublimes del centro de la galaxia y de su sol central Alcyone, conocedora de los cambios que provocarían en ella y en todos los animalitos que ha ido pariendo en estos 5 mil millones de años de su existencia…



sábado, 4 de julio de 2020

MANDRAKE, toda una vida!!

Muy buenos dias!!!

Luego de muuuucho tiempo, he decidido retomar el blog y volver a publicar.
Me han motivado en esta decision, mis dos hijos Miguel y Juan; ademas mi gran amiga Cris.
A los tres les agradezco con el CORAZON el impulso renovado y el entusiasmo.

Todo esto comenzo, con unos audios compartidos por watsapp sobre recuerdos de infancia sobre la actividad en parapsicologia, mediumnidad y canalizaciones varias que hacian mi madre Isabel y mi padre Guido, en la Rosario (Santa Fe, Argentina) en los años 50s con un grupo de amigos, encabezado por Julio Schafer un emigrado aleman con mucha experiencia en estas lides.

Este blog va a cambiar.
Voy a ofrecerles contenidos varios, pero con un sesgo mas personal.
Hare un link con mi Facebook a nombre de Mario Ricci (Mago Mandrake), que es mi nombre verdadero.
Y ellos me ayudaran (junto a amig@s) en la difusion en otras redes.

Uds se preguntaran de donde sale el "sudonimo" MANDRAKE?
ES TODA UNA HISTORIA!

En mis años mozos fui estudiante de medicina, en la Universidad Nacional de Rosario-UNR.
Alli comence mi militancia politica en agrupaciones de izquierda.
En el año 1975 siendo delegado estudiantil al gobierno de la facultad (electo segun las leyes de la epoca) concurri a una asamblea obrera en el barrio San Jose, en la vecina localidad de Villa Constitucion. 
Alli fui orador en apoyo a los huelguistas y entregue una colecta de dinero que habiamos realizado.
La policia provincial santafecina irrumpio en la asamblea y la disilvio.
Deteniendo a 350 trabajadores y a 3 "activistas" reconocidos por soplones infiltrados entre los participantes.
Alli fuimos secuestrados ilegalmente.
Ese hecho (y otros posteriores), mas el golpe civico militar de 1976, me llevo al exilio,

Hui a Brasil a la ciudad de San Pablo, donde me cobijaron compañeros de mi misma linea politica (trotskista), donde permaneci hasta el año 1978, en que debimos huir de ese pais ya que su gobierno (tambien una dictadura militar) devolvia a la Argentina a quienes habiamos escapado.
Refugiado politico en Naciones Unidas - ACNUR, fui "reasentado" en Francia con mi esposa.

En el año 1979, y luego de muchas penurias economicas, mi vida cambio y comence a trabajar en la Compagnie Nationale AIR FRANCE, en el aeropuerto de Charles de Gaulle 1.
Me desepeñaba como asesor linguistico en idiomas latinos (portugues, italiano, castellano y un poco de ingles a lo indio) en el servicio de Agentes Extranjeros que compartiamos con colegas arabes, japoneses, yankees, brasileños, mejicanos, etc.
Alli, por primera vez en mi vida (26 añitos) entre en contacto con una PC conectada a una red mundial (muy previa a Internet!) 1979.
Y me transforme en blogger!
Escribia en las paginas de "informacion telefonica" sin ninguna autorizacion.
Puesto que queria firmar y no podia hacerlo con mi nombre real, empece a utilizar el grandilocuente y poco humilde seudonimo "Mandrake le magicien des mots" (el mago de las palabras) que me ha acompañado desde entonces.

He alli el origen del Mandrake.

Hoy les regalo un relato ya antiguo sobre mi secuestro en Villa Constitucion el 11 de mayo de 1975.



SECUESTRO

                                                       Buenos Aires 7 y 11/05/94

Son las 6 y media de la tarde, es invierno.

El atardecer es hermoso, hace mucho frío.

La Asamblea aun discute en la canchita de futbol del barrio de Villa Constitución.


Llegan de pronto, los avisos planeados no funcionan, los miguelitos no pincharon las gomas de los carros de asalto.

Son cientos de milicos de la policia federal, provincial y gendarmeria.


Nos cercan. Cruzamos miradas de estupor.

Bajan de los carros y autos.

Nos cercan, nos dividen en grupos de mas o menos 60.

Suben a todos en ómnibus escolares.

A tres con pinta de activistas estudiantiles, nos separan y nos meten en un Torino rojo, con techo negro, con una patente tan vieja, que si no fuera trágico, nos daría risa con solo verla.


Cierran las puertas.

Van dos adelante, uno atrás con nosotros tres.

Nos dicen que bajemos la cabeza y nos pegan culatazos con las pistolas.


Después de andar casi media hora por la ciudad y la ruta, paran en medio del campo y nos bajan a golpes y empujones.

Nos atan las manos atrás de la espalda.

Abren el baúl y sacan unos trapos rejillas inmundos, húmedos, con los que nos vendan los ojos.

Nos hacen pasar un alambrado y entramos a un campo.


Mirándonos a la cara, el oficial a cargo se identifica: - soy el oficial Avellaneda y quiero que sepan que cumplo ordenes, recuérdenlo bien!

El es un tipo chiquito, magro, de ojos saltones.

Los otros dos gordos grandotes de bigotito policial.


Yo se quien es él.

Es un oficial de la “provincial”, que ha sido acusado bajo la Dictadura de Lanusse de haber secuestrado, torturado y asesinado al compañero estudiante Brandazza.

Y no puedo dejar de preguntarme: como el gobierno provincial, que no simpatiza con el nacional, puede autorizar un secuestro asi?


El sol se ha puesto, las últimas luces enrojecen las nubes en ese atardecer hermoso de campo.


Deliberan en voz baja, de pronto nos encaran y nos gritan: -corran zurdos hijos de puta!

Esitamos, pero ninguno de los tres se mueve.

Yo les digo, sorprendentemente calmo -que no, que no vamos a correr, que si nos van matar que lo hagan ahí y ahora.

Montan las armas.


Recuerdo que 5 dias antes han sido secuestrados 3 compañeros del PST y que aparecieron asesinados en La Plata.

Me pregunto en esos instantes eternos que marcaran toda mi vida futura, si esto será mi muerte.

Si moriré a los 22 años.

Me da muchísima bronca morir así, que me maten esos “lumpenes”, estoy furioso por la circunstancia, no por el hecho de morir.

Me parece que morir, ahí, así, es parte de la militancia que elegí.

No tengo miedo, si bronca.

Conservo toda mi lucidez.

Como se sentirán los tiros?, doldrán?, como será la agonía?.

Mi viejo me estará esperando “del otro lado”?


Uno de los compañeros se quiebra y empieza a llorar, nos tiran a los pies con sus pistolas.

Los tiros suenan a maderas que se parten, por esas cosas que tiene la vida saltamos pero no corremos.

Nos putean y golpean como 15 minutos.

Caemos al piso, sobre los yuyos del campo.

Nos suben de nuevo al Torino de patente trucha, retomamos la ruta.


A partir de ahí recorreremos dependencias policiales, algun tipo de fabrica muy grande con vigilancia y seguridad propia, con barreras y alambrados.

Voy prestando atención al recorrido, transpirando mares a pesar del frio, pensando que tal vez podamos sobrevivir.

Siempre y turnándonos vamos 2 en el baul y uno en el asiento trasero con uno de ellos.



Es el 11 de mayo de 1975, estamos en la zona industrial sur cercana a Rosario, Villa Constitucion, hay un conflicto sindical y político muy importante, el gobierno constitucional de Isabel Peron y Lopez Rega, ha denunciado un complot de la guerrilla fabril contra el estado. Ha recibido el apoyo del lider radical, el “chino” Balbín.

Será el ultimo gran conflicto que las direcciones de izquierda clasista llevarán adelante en el pais, antes de la dictadura militar del 76.

Estamos todos, algunos de afuera otros dirigiendo el conflicto o con delegados en las Comisiones Internas de las distintas fábricas involucradas (metalúrgicas y siderúrgicas del polo industrial).

La dirección clasista de la UOM Villa: Piccinini, Paulon y muchos otros, los “tosquistas”, el PRT, Poder Obrero, Vanguardia Comunista, el PCR, los Montos, Política Obrera, el PST, los centros de estudiantes de Rosario, la FUR, etc.


Mi mente trabaja a una velocidad increíble.

Pienso, cuando vamos en el auto, abrir la puerta y tirarme a la ruta, pienso en salir corriendo, pienso en hacerme matar.

Pero algo que siento dentro de mi me dice que espere.

Tengo los ojos vendados y las manos atadas por detrás.


Durante la noche nos llevan a lugares donde por el olor y los ruidos, sentimos que se come asado, se escuchan voces, risas de mujeres y niños, música.

Cada tanto, cuando nos rotan de lugares en el auto, nos golpean con saña y no solo ellos, sino otros que piden poder hacerlo.


Ya de madrugada, nos llevan a una dependencia policial con patio, ahí nos paran en su centro, nos tapan con una lona, nos atan a los tres juntos.

Los tres somos militantes: yo trosko, uno “chino” y un pibe Monto.

Llueve sobre nosotros.

Por el silencio y los cuchicheos, es evidente que hay mas gente mirándonos.

Somos, o seremos un escarmiento para todos.


Por momentos, por debajo de la venda y la lona, veo el piso y la luz.


A la madrugada nos suben a un ómnibus.

Nos llevan al fondo, luego suben muchas mas personas.

Comprendemos que son los compañeros detenidos en la asamblea la tarde anterior.

Como no hay milicos atrás, y a pesar de seguir vendados y tapados por la lona, pasamos nuestros nombres y apellidos y la organización a la cual hay que avisar.


Viajamos mas o menos, una hora.

Toda la gente baja en un lugar donde el ómnibus entra marche atras, se ve que es muy estrecho por las maniobras.

Cuando el ómnibus está vacío, bajamos nosotros.

Nos separan a los tres y me llevan a un calabozo muy pequeño, sigo vendado y atado de manos.

El calabozo no tiene mas de 1,50 x 1,50 m, es húmedo y esta a oscuras, tiene un banco de cemento adonde me hacen sentar a los empujones, me pegan varias trompadas en la espalda y el vientre, y un ultimo culatazo que me abre un tajo en la cabeza que empieza a sangrar.


Escuchamos una violenta discusión entre un oficial, que se identifica como de la policia provincial de Santa Fe y alguien que le dice que es de la policia federal.

Se gritan e insultan por varios minutos, se amenazan mutuamente, escucho ruido de montar armas, pero al fin el federal impone su orden y nos hace quedar ahí, y los echa de la dependencia.

El oficial de la provincia y sus hombres se retiran, pero dice que va a venir a buscarnos para hacer lo que le han ordenado hacer.


Yo estoy integramente empapado en sudor, no he tomado agua, ni ido al baño desde la tarde anterior, me estoy orinando.

La sangre, tibia me corre por la cara y empapa la venda de los ojos.


Se prende la luz, se abre violentamente la puerta del calabozo, me golpea en las piernas, un hombre muy grandote, me levanta en vilo, me grita que me pare, ordena que me desaten las manos, y me saquen la venda.


Enceguecido no veo nada.

Su vozarron grita que venga un médico.

El medico me limpia la sangre, me mira el tajo en la cabeza, me revisa y dice que estoy bien.


Me traen agua, pido para ir al baño y me dicen que si soy tan guapito para irme a meter en la boca del lobo, que me las aguante y que si me llego a orinar allí me van a hacer limpiar el calabozo con la lengua, y agregan el consabido: zurdos de mierda!


A pesar de que el calabozo solo tiene una ventilación, por los ruidos percibo que estoy en una ciudad, en una comisaria y que afuera hay mucha gente, como si fuera en un patio y que estan desayunando.

Se que es de mañana temprano del 12 de mayo y que estamos en alguna Delegación de la Policia Federal, presumo que de Rosario.


Al rato se abre la puerta, entra un persona con uniforme de fajina, es un oficial.

Alto, muy alto.

Me pregunta si me han torturado, le digo que no.

Que nos han golpeado toda la noche y que nos han secuestrado en Villa.

Me pide mi nombre, mi numero de documento y se va.


Al rato vuelve, me hace parar, se abre la puerta y aparece un hombre alto, gordo, de bigotito renegrido, cara redonda, bastante agitado y nervioso, me dice: - vos acá!


Se quien es.

Hace mucho que no lo veo, pero me ha tenido en sus rodillas desde los 6 años.

He dormido infinidad de veces en su casa, conozco a su familia desde niño.

A su mujer, a sus hijos, al tio P.

El conoce mi familia y a mi tio, juez tambien de la Camara de Rosario.

Es el padre de un gran amigo de la escuela primaria.

El juez federal de Rosario.


Me hace salir llevándome a un despacho, me hace sentar y me pide le cuente pormenorizadamente todo lo ocurrido desde la noche anterior, pero observo que nadie toma nota de nada.

Yo declaro ser dirigente del Centro de Estudiantes de Medicina y haber ido a la Asamblea para llevar fondos recolectados para sostener el Fondo de Huelga (lo cual es rigurosamente cierto).

No declaro mi condicion de militante político de una organización.

Recien entonces vuelvo a pedir ir al baño y me llevan.

He pasado mas de 14 horas sin orinar, esa meada me sabe a gloria!

Cuando menciono y denuncio el secuestro y al oficial Avellaneda, el juez mira al oficial de la federal y hacen caras.


El juez, padre de mi amigo de infancia, me dice que me he metido en un situación muy difícil, que he salvado la vida de casualidad.

Que legalmente he violado el estado de sitio y que debe ponerme, junto a todos los demás, a disposición de las autoridades del gobierno nacional y que vamos a ser trasladados al penal de Coronda.


Esa declaración, paradójicamente me pone feliz.

De estar muerto a un costado de la ruta, a ir preso bajo la autoridad de un juez federal en la carcel de Coronda, hay una gran diferencia.

Vivir o morir.


Insólitamente el juez se para, viene hacia mi, yo me paro y el me abraza con sentimiento.

Me dice casi con un susurro: - porque te metiste en esto, Mario!

Yo le digo que así es la vida.

La pregunto si puede avisar a alguien, que en mi casa (lease partido) deben estar muy preocupados.

Me dice que no puede ahora y que esa misma tarde se avisara formalmente a mi familia.

Me pregunta si he comido, me río.

Ordena darme de comer y que se me reúna con los otros detenidos.


Me llevan al patio cubierto, grande y con un gran vitreaux.

Hay mucha gente, calculo unas 200 personas o mas.


Se produce un silencio y luego una especie de pequeña ovacion, soy el primero de los tres que es “blanqueado”, vienen a palmearme la espalda.

Noto por las caras que debo estar bastante golpeado y marcado en la cara porque me dicen que me voy a poner bien.


Me dan una taza de mate cocido y un pebete de jamon y queso.

Ese mate cocido es el mas rico que tome en mi vida, amargo y dulce a la vez, pido mas.

La proxima taza me la trae M., una compañera de militancia detenida en la Federal de Rosario a disposición del PEN (poder ejecutivo nacional), nos comemos con los ojos, pero apenas nos saludamos para no “deschavar” pertenencias políticas.

Me dice: -tranquilo, ya estas “abierto” te llevan a Coronda.


Aun estoy mojado por el sudor de toda la noche, tengo frio a pesar de la campera y el pullover de lana.

Me siento con un olor corporal muy especial que no es a “chivo”, muy animal, fuerte agresivo, acre.


Pido permiso a los compañeros para sentarme en un banco.

Me acomodo, me tiran una campera encima y me quedo dormido, varias horas.

Por lo menos estoy vivo!


Cuando me despierto, estoy en medio de un grupo de militantes que discuten la situación en que estamos.

Reconozco a varios delegados y algunos miembros de la Comision Directiva de la UOM (Union Obrera Metalurgica)

Muchos me concen y me piden cuente lo que pasó.

Me dicen que mucha gente, abogados, familiares, diputados provinciales han sido informados y han logrado que el gobierno provincial exija que se nos libere a todos.

Ahí me entero que somos como 200 los detenidos.


Al rato llegan los abogados de la UOM de Villa, se reúnen con los Delegados, luego con el juez.


A las 3 de la tarde nos informan que van a liberar a todos menos a los tres secuestrados, para quien se ha pedido ponernos a “disposición del PEN”, dentro de lo vertiginoso de la situación, me parece lógico y aceptable.

Pero a los 15 minutos, nos dicen que nos vamos todos.

A partir de las 17 horas llegan ómnibus fletados por la UOM de Villa y empiezan a salir los compañeros obreros de allá.


El oficial grandote, de quien nunca sabré el nombre, me lleva aparte y me dice: - cuidado vos, que te estan esperando afuera para hacer lo que ayer no pudieron

Y me da un inesperado consejo: -cuidate pibe!


Pido entonces salir en un ómnibus que no sea el último, antes que sea de noche y que me dejen bajar de improviso donde yo les diga.

Los compañeros de la UOM me dicen que no me pueden proteger ahí, pero que vaya a Villa que alli si se haran cargo de mi.

Insisto y me dicen que si.


A eso de las 17 horas salimos, yo agachado entre unos 60 compañeros que me ocultan y protegen, en la esquina de 3 de Febrero y Alem veo al pasar el Torino rojo con Avellaneda y sus hombres en la esquina.


A las 20 cuadras, me largo del bondi, me subo a un “6”, y me bajo y me subo de varios ómnibus para despistar cualquier seguimiento.

Ya seguro de no ser seguido, voy a una casa “cerrada” del partido, toco timbre y me abre B.

Me abraza diciendo me: -estas vivo!

Si!, le digo.


Mi secuestro por miembros de las fuerzas policiales de Santa Fe, bajo un gobierno constitucional, ha terminado.

No así la persecución, como a tantos otros.

Ese mismo juez, quien me tuvo en sus rodillas de niño, me procesó por las leyes del Camaron (leyes autoritarias de otra dictadura militar), luego de un allanamiento ilegal practicado en mi casa (sin orden suya) por el ejercito en diciembre del 75, aun gobierno constitucional de Isabel y detuvo a un amigo, quien paso 7 años preso a disposición del PEN, en una causa abierta por él mismo.

Post data.

En el año 97 pude tener acceso a ella, leerla, mirarla, hojearla.

Es tan vacia, como debe haber sido la conciencia de ese pobre hombre... señor Juez, librando una orden de captura en mi contra, que me llevó a esconderme por 10 meses y a deber dejar el pais, condenándome a un exilio de 7 años, 4 meses y 11 dias.

Nunca me sobreseyó, nunca nada, solo una condena virtual a desaparecer o morir...señor juez!


Luego, muchos años despues, pude saber que en esas horas aprendi a no tener miedo fisico NUNCA MAS.