jueves, 22 de julio de 2010

Historia de un Hombre SABIO!

Hola a mis queridas/os seguidoras/es

Me tomé unos días de vacaciones adentro mío, pues estoy pasando unos días complicados en el terreno personal.
Si hasta los magos tienen familias!!
O alguna vez la tuvieron!

Pero no es mi intención hablar de esto aquí, no suelo exponer mis cosas mas íntimas en ningún medio de ningún tipo, mucho menos en lugares públicos. Considero que la intimidad es algo que debe preservarse porque implica una de las áreas de aprendizaje mas importantes que tenemos.

Ya bastante abrimos las puertas de nuestra intimidad a veces, para seguir haciéndolo y “contaminándola” con pareceres y opiniones, que a pesar de muy bien intencionadas ( a veces no tanto!), nos pueden llevar por caminos que no pretendemos recorrer.
Y por sobretodo, caminos que no se condicen con nuestras metas de superación espiritual individual y colectiva.

Cuando las opiniones de los “demás” sobre uno mismo van de la A a la Z, es bueno llamarse a silencio, a la reflexión y la meditación, para dejar que el polvo se asiente, el panorama se aclare y la vida retome su curso plácido y de paz interior.
No soy del tipo de “luchar” para retener cosas ya perdidas, o tal vez… nunca encontradas!

De todas maneras rescato la frase del Mahatma Ghandi: nadie puede hacerme daño… sin que yo lo permita!

El problema es que en situaciones críticas solemos permitir, dejando las puertas de nuestras almas abiertas con mucha inocencia, que ese “daño” se concrete y nos lastime.
Pero obviamente esa es una “lucha interior” no con el otro (o los otros) sino con uno mismo, siempre en el terreno del aprendizaje (motivo superior de nuestras vidas)
En las crisis no es fácil mantenerse “bueno y puro”, a veces uno se desequilibra, se pone mal y hace o dice cosas tristes, ofensivas y cargadas de rencor o rabia o ira.
Es MUY BUENO cesar con esas acciones y sentimientos, alejarse y pedir disculpas.

Y resolviendo esos “daños”, que a veces nos permitimos aceptar, podamos avanzar en el terreno de la comprensión, del amor por aquellos que aceptamos que nos lo provoquen y poder dejarlos atrás, volviendo al estado de “Bienestar” que nos proporciona el universo y a nuestro lago de paz interior.

Aquellos que -eventual u ocasionalmente- nos quieren mal, repito, sino le abrimos las puertas del alma NO PUEDEN DAÑARNOS DE NINGUNA MANERA!

Los que he llamado “camisetas oscuras” (los Pleyadianos de Bárbara Marciniack dixit) en este blog, suelen creer, producto del nivel vibracional que han logrado, que TODOS LOS DEMÁS vibran como ellos; que piensan y hacen lo mismo que ellos.
Que TODOS nos queremos meter en disputas por pertenencias y bienes materiales, o lugares de poder o peleas de EGO y orgullos mancillados.
Y suelen desatar LUCHAS tan “terribles como (in) justicieras” contra gentes, instituciones o lugares que han sido comunes, pidiendo que otros se definan sobre las disputas desequilibradas que ELLOS MISMOS CREAN.

Y se enredan en una madeja oscura, irresponsable, exacerbada de sentimientos y actos confusos que solo los pueden llevar a vivenciar caminos cada vez mas escabrosos y dificultosos. Caminos de discordia y desarmonía que mas tarde o temprano los llevaran a infligirse (auto infligirse) heridas profundas en sus cuerpos energéticos y espirituales, que luego les llevara mucho esfuerzo (si desean “comprometerse” con mejorar su vibración espiritual y etérica) poder reconsiderar y reparar.

Por eso otra gran verdad espiritual es: cuando queremos “dañar”, estropear, molestar, criticar, difamar a otro… en realidad nos lo estamos haciendo a NOSOTROS MISMOS!!!

Ningún disenso de grupo, o familiar, o de pareja, se “arregla” en público o en los tribunales (tal vez salvo en caso de situaciones extremas donde los integrantes del grupo o la pareja han perdido ya todo control).
Son cosas del alma donde debe gobernar la luz.
Del universo de los sentimientos, donde deben predominar la paz y el amor.
Donde “desnudarse” en cuerpo y alma, bajando los falsos escudos del ego y la autoprotección, suele ayudar enormemente, para poder DIALOGAR y cerrar heridas.

Y donde el mejor camino posible pasa por descartar los sentimientos de bajas vibraciones (ira, rabia, apego, despecho, obsesión, rencor, dolor) y perdonarse mutuamente con todo el amor que podamos seguir manifestándonos mutuamente.

El MUTUO PERDON es sanador de las divergencias, supuestas ofensas y eventuales dislates cometidos.

NUNCA OLVIDEMOS que la vida es un GRAN ESCENARIO adonde venimos a desempeñar roles que hemos pactado de antemano (antes de encarnar) para poder lograr lo mas preciado en la 3ª dimensión…. APRENDER!!
Y es ese APRENDIZAJE el que nos permitirá AVANZAR en nuestro DESARROLLO ESPIRITUAL!!

Ahora si, la historia prometida, que no por muy conocida, pierde su poder para hacernos reflexionar sobre estas cuestiones tan difíciles de abordar y donde a veces perdemos, momentáneamente, el rumbo, se nos nublan los ojos del alma y debemos (nos debemos) un PARATE para RECENTRARNOS sobre nuestras energías mas PURAS (no sin un arduo trabajo); para continuar con nuestras vidas en búsqueda de otros horizontes mas plenos de energías amorosas y sutiles.

He aquí la historia:

En un muy antiguo pueblo del norte de la India, cerca de los Himalayas, vivía un hombre ya viejo reconocido por su pureza y su sabiduría.
Este hombre habitaba una cueva cavada a mano en las piedras de la montaña, y llevaba su vida con enorme austeridad.
Dedicaba su tiempo a la meditación y su vida a la superación espiritual.
Apenas comía, aquellos alimentos que los habitantes del pueblo le donaban y en los fríos inviernos se calentaba con las leñas que los pobladores le acercaban.
Todos coincidían en que “el santo” (como le llamaban) era un motivo de inspiración para toda la comunidad y que muchos caminantes se acercaban al poblado atraídos por la fama que rodeaba a nuestro personaje. Estos visitantes y devotos le daban prosperidad al pequeño poblado al pie de las montañas.

Sucedió que un día, una bella muchacha del pueblo; que era devota del “santo” y de las que le llevaba diariamente su comida pues pertenecía a una familia muy piadosa; decía pues que esta bella muchacha quedó embarazada.
Para la familia fue un oprobio y un escándalo!
Por ordenes del patriarca familiar, los hermanos juraron buscar y encontrar para tomar venganza contra el que hubiera cometido el sacrilegio de poseerla cuando dormía.
Pasaron los días y el malvado hombre no aparecía, entonces el padre llamó a su hija y la presionó para que revelara el nombre del violador, si es que lo sabía o al menos lo sospechaba.
La joven muchacha, poseída por el terror, no pudo sino balbucear: fue “el santo”!
El pueblo entero enardecido, guiado por los hermanos de la víctima, marchó a la cueva del hombre sabio.

Este los recibió con su paz habitual.
Cuando el hermano mayor y el padre de la bella joven le enrostraron al anciano su felonía… éste solo atinó a mirar profundamente a la muchacha a los ojos… bajó la cabeza y se quedó inmóvil.
La multitud enloqueció y comenzó, azuzada por los hermanos, a arrojarle los guijarros que había en el suelo, los que fueron impactando en el pobre anciano, quien se fue doblando por los impactos y las heridas, casi sin proferir un gemido de dolor.
Cuando estuvo cubierto de piedras, el pueblo se calmó, hicieron fila para escupirlo e insultarlo; y se marcharon dejándolo abandonado, jurando que nunca mas nadie se acercaría a tamaño impostor.
Durante muchos años nadie se acercó u oyó hablar del ex hombre sabio.

Casi 5 años mas tarde, la otrora joven y aún muy bella mujer, quien por ser madre soltera no había conseguido marido, pudo por fin casarse con un hombre forastero.
Las bodas fueron suntuosas, pues la familia desbordaba de júbilo y alegría de haber podido casar a la mancillada.
La pareja se instaló en el poblado del joven marido y solo venía de visita al antiguo poblado.
La mujer quedó pronto grávida y parió dos hermosos niños.
A los meses viajaron para mostrar a los padres de la joven, los crios.
En medio de la fiesta y la ceremonia de bautizo, la joven rompió en llanto y proclamó a los gritos que debían hacer una confesión.
Ante el estupor de la familia y de los invitados, la fiesta se detuvo y los dos esposos confesaron con hondo pesar… que el primer hijo de la joven… era también producto de su unión!
La noticia corrió como rayo por el pequeño poblado.

Guiados por un muy pesaroso padre, todo el pueblo se trasladó hasta la cueva del anciano quién los recibió con mucha paz y una enorme placidez, con una sonrisa en el rostro.
Entonces todos, absolutamente todos, se postraron ante el anciano para pedirle perdón por haberlo juzgado y condenado tan injustamente y haberlo sometido al ostracismo por tanto tiempo.

Entonces el padre le pregunto: - oh sabio hombre, porque callaste ante el engaño de mi hija y su novio y nos dejaste persistir en la mentira y el maltrato con tu silencio?

El sabio volvió a erguir su cabeza, miró profundamente a la mujer y a su marido, a los niños y con una mirada cargada de amor, dijo:
- lo que esta joven afirmó fue tomado como verdad por todos ustedes, era lo que ustedes necesitaban creer.
- mi misión es ayudarlos y ayudarme a crecer como personas y comunidad. El camino que ustedes eligieron fue uno muy duro para todos, pero sin dudas, ha sido recorrido y saldado
- mi “sacrificio” fue en pos de la armonía, el aprendizaje y el amor.
- Id pues y marchad en paz, todo esta como debe ser!

Y diciendo esto besó a los niños, a los esposos y se retiró a su cueva de donde ya no se lo vio salir con mucha frecuencia.

Dicen que una noche de crudo invierno, algunos vieron una luz muy blanca que saliendo de la cueva ascendió suave y placidamente a los cielos


Mis muy queridas/os chichipíos, piensen en ésta hermosa historia, háganla suya!
Que nos sirva de motivo de inspiración y que a pesar del tiempo transcurrido y la transcripción libre de este escriba, les sirva para ser cada día mejores como personas y mas útiles para sus grupos, familias y comunidades!

Paz, luz, sabiduría, memoria, equilibrio, armonía, esperanza y muuucho amor!!

Jallalla hermanas/os!

I n laa ke ch

mandrake

No hay comentarios.: