Tengo un amigo, en realidad son dos, que a los que andan por la vida (o le dedican buena parte de ella) en la “búsqueda espiritual”… pues, ellos les llaman “buscadores”.
Y de alguna manera esa simple y humilde definición encierra mucha sabiduría, porque evita rotular a las/los que andamos por estos caminos de sabiduría, abrevando aquí o allá, dejándonos sueltos por los senderos de la vida, de las búsquedas y encuentros.
Este humildísimo mago también ha fatigado los caminos de la búsqueda desde muy joven, de diferentes formas y maneras.
Y solo recientemente, he empezado a transitar las senda de ir encontrando y asimilando los aprendizajes.
Lo mas notable es que cuando uno llega a cierto grado de comprensión y puede asimilarla y expresarla en su vida cotidiana… se da cuenta que esos preciados tesoros siempre estuvieron ahí, al “alcance de la mano”… esperando que nos diéramos cuenta y pudiéramos percibirlos.
Suelen ser tan obvios como simples.
Suelen ser claros y contundentes.
Nos llevan a un nuevo estadío superior de comprensión y evolución con mucha facilidad y casi sin esfuerzo.
Nos alejan de la angustia y nos dan una hermosa calidad de vida… junto a nuestro lago interior de paz espiritual.
Nos calman, nos centran y nos perfeccionan en el camino elegido y nos acercan a las metas propuestas y deseadas.
Nos alejan del “ego” y nos permiten verlo en nosotros mismos y luego en los demás…
Lo que hasta ayer parecía fascinante… se vuelve poco menos que nimio… y el “yo” deja de tener la importancia que tenía hasta hace algunos días.
Las “herramientas intelectuales” que tanto deslumbran a la “civilización occidental” quedan reducidas a objetos vacuos y casi toscos de aproximación a la sabiduría.
Los elaborados mantras, reflexiones, meditaciones orientadas, prácticas de vida supuestamente mas puras y elevadas… van quedando de lado y las observamos alejarse de nosotros porque van perdiendo su razón de ser.
El camino comienza a venir “en serio” hacia nosotros y se vuelve un manantial inagotable de sencillez, simpleza, sabiduría, paz, luminosidad y amor.
La simpleza y la sencillez brillan como una estrella maravillosa!
Vamos recordando lo aprendido en “vidas pasadas” (aunque el señor tiempo no es lineal), vamos recordando lo que fuimos en otros ciclos y periplos, volvemos a esa sabiduría que traemos adentro de otras vidas y civilizaciones (y no habíamos activado) y nos transformamos (como dicen los Hopis) “en aquellos que estábamos esperando”!
Y podemos comprender el “momentum” del Cosmos y de la Madre Tierra en su cambio y evolución permanente hacia la elevación de sus frecuencias existenciales, que nos incluye y afecta.
En ese momento comprendemos y procesamos… que somos dioses en formación, y que aunque él (como todo) es mucho mas que nosotros… nosotros también somos él!
Que el plan divino existe y nos guía (dejamos de resistir) y que poco a poco … nuestros pasos van volviéndose tan simples y claros, como profundos e irreversibles…
Y como una gata libertina y sensual… nos echamos en el suelo sin “pensar” en nada, nos “abrimos de piernas” y nos dejamos acariciar la pancita… por las mieles de la cofradía divina que (integramos y nos protege amándonos), la Madre Tierra y el Cosmos que nos bendicen!
Paz, luz y amor!
Soy dios y el plan divino!
Jallalla!
In laa ke ch!
mario/mandrake
Y de alguna manera esa simple y humilde definición encierra mucha sabiduría, porque evita rotular a las/los que andamos por estos caminos de sabiduría, abrevando aquí o allá, dejándonos sueltos por los senderos de la vida, de las búsquedas y encuentros.
Este humildísimo mago también ha fatigado los caminos de la búsqueda desde muy joven, de diferentes formas y maneras.
Y solo recientemente, he empezado a transitar las senda de ir encontrando y asimilando los aprendizajes.
Lo mas notable es que cuando uno llega a cierto grado de comprensión y puede asimilarla y expresarla en su vida cotidiana… se da cuenta que esos preciados tesoros siempre estuvieron ahí, al “alcance de la mano”… esperando que nos diéramos cuenta y pudiéramos percibirlos.
Suelen ser tan obvios como simples.
Suelen ser claros y contundentes.
Nos llevan a un nuevo estadío superior de comprensión y evolución con mucha facilidad y casi sin esfuerzo.
Nos alejan de la angustia y nos dan una hermosa calidad de vida… junto a nuestro lago interior de paz espiritual.
Nos calman, nos centran y nos perfeccionan en el camino elegido y nos acercan a las metas propuestas y deseadas.
Nos alejan del “ego” y nos permiten verlo en nosotros mismos y luego en los demás…
Lo que hasta ayer parecía fascinante… se vuelve poco menos que nimio… y el “yo” deja de tener la importancia que tenía hasta hace algunos días.
Las “herramientas intelectuales” que tanto deslumbran a la “civilización occidental” quedan reducidas a objetos vacuos y casi toscos de aproximación a la sabiduría.
Los elaborados mantras, reflexiones, meditaciones orientadas, prácticas de vida supuestamente mas puras y elevadas… van quedando de lado y las observamos alejarse de nosotros porque van perdiendo su razón de ser.
El camino comienza a venir “en serio” hacia nosotros y se vuelve un manantial inagotable de sencillez, simpleza, sabiduría, paz, luminosidad y amor.
La simpleza y la sencillez brillan como una estrella maravillosa!
Vamos recordando lo aprendido en “vidas pasadas” (aunque el señor tiempo no es lineal), vamos recordando lo que fuimos en otros ciclos y periplos, volvemos a esa sabiduría que traemos adentro de otras vidas y civilizaciones (y no habíamos activado) y nos transformamos (como dicen los Hopis) “en aquellos que estábamos esperando”!
Y podemos comprender el “momentum” del Cosmos y de la Madre Tierra en su cambio y evolución permanente hacia la elevación de sus frecuencias existenciales, que nos incluye y afecta.
En ese momento comprendemos y procesamos… que somos dioses en formación, y que aunque él (como todo) es mucho mas que nosotros… nosotros también somos él!
Que el plan divino existe y nos guía (dejamos de resistir) y que poco a poco … nuestros pasos van volviéndose tan simples y claros, como profundos e irreversibles…
Y como una gata libertina y sensual… nos echamos en el suelo sin “pensar” en nada, nos “abrimos de piernas” y nos dejamos acariciar la pancita… por las mieles de la cofradía divina que (integramos y nos protege amándonos), la Madre Tierra y el Cosmos que nos bendicen!
Paz, luz y amor!
Soy dios y el plan divino!
Jallalla!
In laa ke ch!
mario/mandrake
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