jueves, 12 de marzo de 2009

Regalo de una ARTISTA y CARTA A UN AMIGO

Fue amiga de la web, ahora es amiga de la vida y del corazón.


Ella "hace" estas cosas, "crea realidades" con imágenes.


Y aunque ella no "crea" nada de nada en el espiritu y en el alma, yo se que los tiene bien puestitos adentro de ella.


El "motivo" de estas imagenes (en 3 de ellas es mi figura física) es mas que cuestionable, peeero son cosas de "artista".



Les presento a ANA y a sus imagenes de "otra realidad":



Mandrake, El Mago

Afichando (con Hugo Rezza en hacedores)







Taiwan







Los chicos






Gracias Anita!



(los que quieran su mail, para encomendarle algo, pues deben pedirlo)



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Para seguir en la linea intimista del blog, les regalo algo que escribi cuando se fue un amigo de aqui, de Arroyo del medio, hace ya unos años:



Carta a Hugo


Él era el UNICO habitante genuino de nuestro pueblito, porque si bien nació en Entre Ríos hace muchos años un 9 de julio, vivió, se crió, trabajó y desarrolló toda su vida en estos pagos. No tuvo hijos.

Se lo conocía en todos los pueblos a la redonda, bajo varios legendarios seudónimos, desde el elogioso Tigre, Hugo, Huguito... hasta el apodo de Loco por su carácter jovial, divertido y un poco pendenciero en su juventud. Supo gustarle el vino.

Su madre, doña Luisa mujer de cuchillo a la cintura, tuvo durante muchos años, un bar con su cancha de bochas y un surtidor de nafta. Hugo ya no tenia bar, pero cuidaba con pasión la cancha de bochas, que los domingos servia para divertirnos y arrimarle al bochín.

Hugo era el típico trabajador rural, peón golondrina como le gustaba decir, trabajó siempre de sol a sol, con todas sus ganas, su dedicación y su mejor esfuerzo, dio su mano de obra a casi todos los estancieros, chacareros, al ferrocarril FGBM, y a quien necesitara del servicio de un peón rural.

Plantó hermosas avenidas de añosos eucaíiptus que adornan varias de las estancias de la zona, sembró al voleo estas ricas tierras, cosechó a mano, embolsó y hombreó los mejores productos de por aquí. Fue cortador de ladrillo, hachero, alambrador, aprendiz de albañil... trabajó TODA SU VIDA. Era peronista de Eva, de corazón..

Hugo es quien sabia cuando iba a llover, cuando haría frío (es famosa su frase... que frío es éste pueblo!), cuando se desbordaría el arroyo. Hugo sabia donde ir a cazar tortugas, adonde ponían sus huevos que él tomaba con cuidado dejando algunos para cría, él conocía “las cuevas” de los pescados, sabia donde hay patos y huevos de pato. La gente de la zona lo “dejaba” servirse alguna chaucha de arvejas o algún choclito.

El Loco, el Tigre, Hugo, Huguito es quien sabia todo de por acá... y de todos. Vivía en la casita al final de la única calle del pueblo, que ni siquiera era de él, sino que le prestaban, ocupaba solo la parte de atrás, en medio de una gran pobreza, con orden y limpieza. Lucia ropas regaladas, la que combinaba con gracia y encanto, con su toque tan personal. Siempre, o casi siempre de buen humor. A veces se le ensombrecía la cara y hablaba de colgarse de un tirante, cansado de tanta pobreza y soledad.

Porque Hugo a pesar de todo el trabajo que le brindó a tanta gente, a pesar de los innumerables descuentos que se le hicieron. Hugo NO TENIA aportes jubilatorios, Hugo NO TENIA DERECHO A UNA JUBILACION. No porque él no los hubiera hecho, sino porque los que se los descontaron NUNCA los hicieron efectivos. Hugo mal sabia leer y escribir, claro que mucha falta no le hacia.


Una vez me vino a pedir perdón, yo no sabia porque, y me contó: recordó un partido de fútbol que jugamos una tarde de invierno hace mas de 40 años.
Me dijo: -Vos atajabas y te sacaste un reloj de oro y lo pusiste junto a un poste y te lo olvidaste, yo me lo robé, te lo quería decir. Pero te juro que no lo vendí, se lo regale a mi mama.
Perdonar que? Me dije yo.

Hugo era como los pájaros de por aquí, libres, divertidos, confianzudos, con un cielo enorme para ellos, era bueno, comedido, muy trabajador... pero no había trabajo para él en las estancias. Hugo fue envejeciendo con el siglo, era fuerte, flaquito, le quedaban pocos dientes, ya no bebía mas, se cuidaba. A veces no tenia que comer, lo ayudamos como pudimos, solo pocos paraban en su casa para dejar algo de comida..

Si don Atahualpa Yupanqui lo hubiera concocido le hubiera dedicado la milonga “Peón de campo”, pero no lo conoció... y don Ata se lo perdió.

Todas las canciones y las poesías ya no le llegan .. ayer, lo encontramos muerto en su casita. Tenia cáncer. Sobrellevo su final con la misma entereza y dignidad que había tenido para vivir su vida, se murió solito, como había nacido y vivido
Nuestro amor si le llega... se lo llevó con él.

Hugo, Huguito, Tigre, Loco; estés donde estés, sé que estas bien, porque a pesar de algún vinito de mas, siempre supiste vivir. Quisiera pedirte, que allá, adonde estás ahora, conserves la alegría, la sonrisa y la carcajada explosiva. Todo va a estar mejor, ya no habrá pobreza, soledad, ni angustias, ya no tendrás que esperar una pensión, no hará mas frío.

Pasará la primavera, vendrá el verano y volverá a hacer frío, los yuyos iran ganado tu patio y desapareciendo tu orden, me gustaría que no voltearan tu casa, que la llenaran los pájaros.

Amigazo, compañero: nosotros por ahora, nos vamos a quedar por acá. Seguro un día de estos nos volvemos a ver. Cuidate Huguito, te queremos y te llevamos por siempre en el corazón.


Hugo Rodríguez. El Tigre (2001)


Mandrake952

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